Friday, December 14, 2007

Soy Antonini, ¿quién habla?

Interview to Guido Antonini by Hugo Alconada Mon from El diario La Nacion from Argentina. The bolds in Bolivarian red are mine for the reader to take note.

Thanks to Kate for the link.

MIAMI.– Su voz suena más grave, más “abrumada”, si se quiere, que la otra vez, hace ya cuatro meses.

–¿Hello?

–(En inglés) Buenos días. ¿busco al señor Antonini?

–Soy yo, ¿quién habla?

–Hugo Alconada, corresponsal del diario LA NACION.

Entonces sí cambia al español: “Ah, hola, ¿cómo está?” Guido Alejandro Antonini Wilson se encuentra en un lugar no especificado, bajo normas de protección tampoco clarificadas. LA NACION le pregunta sobre su situación, pero el ya legendario “maletero” de los 800.000 dólares prefiere callar y recomendarle a este corresponsal que hable con su abogada, cuyos datos aporta. Esboza una disculpa.

–Usted se imagina que mucho no puedo hablar… –dice.

–Sí, y le agradezco la paciencia que me ha tenido en todo este tiempo que anduve buscándolo por todos lados.

–Lo sé. Sé de qué me habla... –responde Antonini.

No pasaron ni 24 horas desde que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la Fiscalía Federal para el Distrito Sur de Florida dieron a conocer la investigación que vienen impulsando desde hace cuatro meses y por la que arrestaron a un uruguayo y a tres venezolanos. Dos de ellos eran socios de Antonini, además de amigos y compañeros de carreras de autos. Pero Carlos Kauffmann y Franklin Durán no dudaron en amenazar a sus hijas cuando se sintieron contra las cuerdas, según consta en una grabación del encuentro, en un restaurante. Un quinto acusado, venezolano también, continúa prófugo.

Antonini aceptó incluso portar un micrófono oculto y someterse a la devastadora presión de simular un doble juego: rendirse a la justicia norteamericana para evitar una posible condena en este país, a cambio de colaborar contra los eslabones que llevan hacia el poder bolivariano. Y, de paso, hacia Buenos Aires.

O como aclaró el fiscal federal adjunto a cargo del caso, Thomas Mulvihill, durante una audiencia pública y también ante el juez interviniente, Robert Dube: "El dinero estaba dirigido a la campaña de Cristina Kirchner".

El gobierno argentino replicó ayer de inmediato y con extrema dureza, acusando al gobierno de Estados Unidos -en particular a la Agencia Central de Inteligencia (CIA)- de lanzar una supuesta operación (de lo que se informa por separado), pero Washington replicó con su propia línea tajante: esto no tiene nada que ver con las relaciones bilaterales. Es un asunto judicial interno dentro de Estados Unidos.

Eso se justifica porque acusó a los cinco que contactaron a Antonini de actuar como "agentes encubiertos" en Florida -por lo que investiga un posible delito cometido en este país- en nombre del gobierno venezolano de Hugo Chávez para ocultar la posible comisión de un anterior delito en la Argentina.

Ahora, las autoridades del FBI y la Fiscalía buscarán aumentar la presión contra los cuatro detenidos, según confirmó ayer LA NACION en esta ciudad.

Repetirán la dinámica que adoptaron con Antonini: advertirles que pueden colaborar con la investigación o recibir una condena de hasta 10 años de prisión cada uno.

La presión va en aumento. Estados Unidos congeló ya 7 millones de dólares que tenían depositados en este país, en una cuenta del American Express Bank, entidad que a su vez tiempo atrás -y con la misma Fiscalía- acordó pagar multas por 55 millones de dólares a cambio de evitar una eventual condena por lavado de dinero.

El abogado de Durán y Kauffmann, Michael Hacker, cree que sus arrestos y el congelamiento de la cuenta "están vinculados entre sí", pero defiende la inocencia de ambos en lo que concierne a su actuación en el estado de Florida y frente a Antonini Wilson.

Pero tampoco se mete en áreas que le son ajenas: "Si algún crimen fue cometido, fue cometido en la Argentina", planteó en la audiencia ante el juez Dube.

Le apuntó así a Antonini y aquellos exactamente 790.550 dólares que continúan bajo custodia en Buenos Aires.

"No es el momento"

"Prefiero no explayarme más porque los documentos disponibles hasta ahora son los que se aportaron ayer [por anteayer] en la audiencia", se excusó el abogado Hacker ante la consulta de LA NACION.

Unas horas después, Carlos Kauffmann y Franklin Durán le hicieron llegar un mensaje a este corresponsal: "Declinamos su oferta para hablar. Consideramos que no es el momento oportuno y toda la información debe requerirla a las autoridades".

Ambos se encuentran alojados en una dependencia carcelaria federal. Están visiblemente demacrados y, como todos los demás detenidos, están vestidos con mamelucos. Pero ya no están esposados, como sí lo estuvieron durante la audiencia judicial de anteayer, unidos entre sí por las muñecas.

Tres fuentes norteamericanas, en encuentros por separado, le dijeron a LA NACION que podrían sumarse más detenidos en la siguiente etapa de la investigación, en la que se aportarían más documentos.

"Usted se imaginará que dada la gravedad de este asunto, no se va a impulsar algo que al final pudiera caerse en unos días. ¿Nos imagina pidiendo disculpas y diciendo que en realidad lo que dijimos no era tan así?", desafió una de las voces de la investigación consultadas por LA NACION.

A Antonini todo eso le importa menos que garantizar la seguridad de su familia. Por eso colaboró con Estados Unidos. Para evitar cualquier eventual riesgo en la Argentina o Venezuela.

- Lamento la amenaza a sus hijas , le dice LA NACION.

Por primera y única vez durante la charla parece oírse un tono de voz más sólido: "Le agradezco lo que me dice".

-¿Cree que alguna vez podamos hablar largo y tendido?

-Estoy muy seguro de que sí. Algún día hablaremos.

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